La inteligencia emocional nos permite reconocer las emociones propias y ajenas. Entre las habilidades que la inteligencia emocional comprende podemos nombrar:

-Autoconciencia

-Control emocional

-Motivación

-Empatía

-Habilidades sociales

Debemos estar muy atentos en nuestro entorno cotidiano, ya sea en la escuela, supermercado, casa etc, cómo nos comportamos, qué sentimos, para no estar en piloto automático y detenernos a mirar al otro y ayudarlo si es necesario.

Nuestro cerebro y también el medio ambiente que nos rodea, reconoce emociones, en condiciones de salud mental lógicamente, provenientes de estímulos, para que éstos estímulos sean reconocidos, y poder atribuirles una emoción deben pasar por el SARA( sistema activador recticular ascendente), luego son filtrados por este sistema, llegan al tálamo,ahí son identificados como “fuerzas placer”, contra supervivencia, o fuerzas dolor, contra supervivencia. Generaran emociones positivas o negativas a las cuales les corresponderá una respuesta emocional que será mediante una conducta, expresión facial, estado de ánimo.

“ La activación o desactivación de las áreas varía de acuerdo a la emoción. Se cree que para cada emoción, hay patrones variados que proveen un paisaje perceptual del estado interno del organismo, y que las diferencias entre dichos paisajes constituyen la razón de que cada emoción sea sentida diferente .” Damasio.

Creo firmemente que si en todos los establecimientos educativos en dónde trabajo, me propongo aprender todos los nombres de las personas que ahí trabajan y cuando llego les regalo una sonrisa, o les tomo la mano, o un abrazo ayuda mucho, para que nuestras neuronas espejo, encargadas de la percepción de estados emocionales ajenos, se activen.

Por supuesto que en el aula también es necesario, cuando un alumno está triste, averiguar cuál es el motivo, hablar con respeto con nuestros otros alumnos, ponernos en su lugar, cómo nos sentiríamos nosotros en esa situación, y cómo podemos ayudarlo.

Soy inteligente si me puedo manejar en el entorno.

La ámigdala cerebral, se encuentra en el cerebro límbrico, a ambos lados del tálamo, su estructura es parecida a la de dos almendras, es el centro de alerta, lucha o huida. Daños en la amígdala causan que expresiones faciales no sean reconocidas en otros por lo que parte de la inteligencia social se ve afectada al no poder percibir las situaciones que suceden.