Sensibilizando nuestro cuerpo
Ir sensibilizando y escuchando nuestro cuerpo a través de la atención consciente supone un giro radical en nuestra relación con el, con las emociones y con los pensamientos. Abre la puerta a una relación diferente con nosotros mismos, con otras personas y con nuestro entorno, libre de los viejos patrones y hábitos mentales, emocionales y físicos que nos limitan y hacen sufrir.
La ansiedad y la preocupación suelen tensionar ciertas partes del rostro abdomen, ingles.. la ira se suele percibir como una energía fogosa que intenta eliminar algo, la tristeza como una pesadez en los hombros, tenso en la nuca, calidad energética apagada, densa, miedo toma la forma de un vacío en el estomago, y aparece asociado a una calidad energética de frío.
Cuando somos niños y vivimos bajo situaciones de dolor, rabia, agresividad o ira, tensionamos nuestros cuerpos reteniendo emociones que en ese momento no sabemos gestionar. Es más aprendemos a suprimir emociones y respuestas por miedo. Todo eso duele muchísimo para un niño y crece aprendiendo a contenerse y a mantener el control de su sentir. Esto genera en la vida adulta una persona controladora, no solo de sus propias emociones sino también de las de los demás. Nos hacemos expertos en ello, ya que a veces esta manipulación resulta muy obvia, y en otros casos se realiza con tal sutileza que pasa desapercibida.
Trabajar el cuerpo para reconectar con nuestra memoria celular es básico en el proceso de desarrollo como seres humanos, y necesario en el camino como padres, entendiéndolo como un camino de crecimiento personal. Esta reconexión nos permitida indagar en nuestros bloqueos mas profundos y honestos que posiblemente estén cargados de dolor y miedo. Esas emociones que en su día nos paralizaron e hicieron esconder en nuestro sótano interior evitando que emergieran. Si no les atendemos, al tiempo el cuerpo tendrá sus razones para hacerlos aflorar en forma de enfermedad abriéndose ahí una oportunidad para verlo, reconocerlo y sanarlo.
Las meditaciones activas son un vehículo perfecto para esa autoindagación en nuestra relación cuerpo-emociones-pensamientos siempre que se mantenga el testigo presente. Mirarnos a través de nuestros hijos, jugar, mover nuestro cuerpo bailando, haciendo ejercicio en contacto con la naturaleza, y proporcionarnos cuidados y descanso son también herramientas valiosas para este trabajo.
Al animarmos a atender esta dimensión corporal nos volvemos mas conscientes de nuestros sentimientos reales, de la forma en la que los expresamos y eso nos brinda así mismo libertad para elegir responder o reaccionar.
Esta autobservación de nuestras emociones y expresiones físicas puede así mismo otorgarnos la comprensión de cuanto daño nos hemos hecho por considerarnos imperfectos. Volvamos a aquel niño que en su día vivió unas situaciones que no supo gestionar y ante las cuales generó un personaje. En vida adulta, aquel niño, tomará consciencia de cuanto se juzgó a raíz de tanto miedo, de creerse imperfecto, indigno, y puede que hasta malo. Soterrando su esencia, su verdadera persona. Darnos cuenta de esto no solo te libera sino que te ayuda a perdonarte y a atravesar tu dolor, tu miedo, tu ira logrando volver a ver en todo ello amor, ya que aquel niño amoroso e inocente reaccionó así por amor a sus padres, a su familia y a sus seres queridos.
Aquí reside la importancia de como padres atravesarnos y sanar lo que toque.
Extraído del libro CRIANZA CONSCIENTE, Leire Benito (Fundadora Mindfulkids)
Comentarios recientes